El impacto del deporte en la salud mental no es una novedad. Se trata de un tema cada vez más abordado por la comunicación social, por los depotistas y por el público. A pesar de este aumento de la sensibilidad, la salud mental en España sigue siendo un tabú.
El deporte impacta positivamente en la vida de quienes lo practican, más allá de ventajas físicas como la pérdida de peso o la tonificación del cuerpo. Conversamos con el psicólogo deportivo José Garcia Donate sobre la importancia del deporte para la salud mental de los atletas.
Beneficios del ejercicio físico para la mente
El psicólogo subraya que la práctica deportiva conlleva beneficios mentales. Estas ventajas se dan principalmente a nivel cognitivo, mejorando las capacidades de aprendizaje, concentración y estado anímico.
“Se ha comprobado cómo después de ejercicio físico prolongado, aumenta la capacidad creativa, aumenta la capacidad de aprendizaje, mejora el estado de ánimo, el deterioro cognitivo se hace más paulatino, se hace más lento. Una serie de beneficios que, en términos generales, creo que la población no los conoce o no los conoce tanto como el tema de bajar de peso. Que es algo que todo el mundo tiene más claro, quizá. Y esta parte, a nivel de prevención de determinadas enfermedades o trastornos psicológicos, como por ejemplo la depresión o la ansiedad, pues no se conoce tanto, por decir así.”
Donate destaca que hay pruebas de que el deporte sirve de “barrera” para transtornos como la “ansiedade y la depresión”, además de cambios positivos en la autoestima y en la socialización; “(…) al final, el deporte te plantea con una serie de objetivos, lo consigues y ya no sólo eso, sino que, a nivel social, normalmente, suele aumentar lo círculo, porque creas un grupo en el gimnasio, en el equipo deportivo que tú tengas y eso siempre tiene un efecto a nivel de autoestima y confianza.” El psicólogo añade además que “la persona que tiene un problema psicológico agudo, en la terapia, sí tiene prescrito un programa de actividad física, tiene mejores resultados que los que no lo tienen prescrito. Inclusive se ha demostrado cómo la actividad física en el tratamiento de la depresión tiene mejores resultados que lo psicofármaco, que es algo bastante llamativo, sobre todo porque somos el país que más consume psicofármacos, ansiolíticos y demás de toda Europa”.
A finales de 2022, Reino Unido inició un proyecto piloto que permite a los médicos prescribir ejercicio físico, como caminatas, carreras o paseos en bicicleta. El objetivo es incentivar la práctica deportiva y reducir el número de casos de enfermedades cardiovasculares. Al preguntarle sobre la posibilidad de introducción de una estrategia similar en España, José García Donate confiesa que, aunque se trata de una buena medida, sigue existiendo el problema de la motivación – “por mucho que te lo prescriba el médico, si tú no estás motivado para practicar actividad física, no lo vas a conseguir”. El psicólogo recuerda también que no todos, por motivos de salud, hacen deporte y, por eso, si no hay esta “gasolina”, esta prescripción médica sirve de poco.
¿Y cuando el ejercicio no es suficiente?
José García Donate insiste en que no hay dos personas ni dos tratamientos iguales y, por ello, el ejercicio no puede sugerirse simplemente como terapia sin analizar la situación como un todo.
Efectos negativos del deporte: no pain, no gain?
El ejercicio físico no siempre implica solamente beneficios. Las señales de que algo va mal son claras y empiezan por no querer “escuchar a su cuerpo”. “A partir ya no sólo a nivel físico que tengas alguna lesión muscular, sino también que estés apático, o claro, que estés ansioso y aun así quieres seguir entrenando, porque te da igual. Que como que quieras dejar todo al lado por el deporte. Eso puede ser una señal.”
Además de las cuestiones físicas, García Donate alerta de la cuestión social y familiar, es decir, cuando la práctica deportiva pasa a tener más importancia que la convivencia familiar, los amigos o incluso el trabajo. Por eso, el psicólogo alerta de que, en realidad, “no difere mucho a cualquier otro tipo de adicción”.
“Cuando tú puedes cambiar la palabra deporte por droga, por alcohol, ya sabes que algo no va bien. Es decir, el deporte es muy importante. La actividad física es muy necesaria para las personas que lo practican con moderación. Quitársela puede provocar un malestar muy grande. Pero claro, no puede significar el fin del mundo. ¡No! Que es lo que ocurre muchas veces, que te quitan la actividad física y parece que no hay otra cosa a la que agarrarse.”
Para estas situaciones, José recomienda que los atletas busquen ayuda profesional para entender el origen de la “adición”. No obstante, también recuerda que hay gente que no quiere darse cuenta de que hay un problema.
El psicólogo José García Donate afirma que, por su experiencia, esta situación de adicción deportiva se manifiesta de distintas formas si comparamos deportistas profesionales con no profesionales. “En profesionales, lo que me he visto, es una identidad deportiva demasiado arraigada. Es decir, que son personas que construyen su identidad a través del deporte y que, cuando no tienen el deporte, porque se lesionan o porque lo dejan, no saben quién son”, añade, recordando que los deportistas de élite tienen incorporados hábitos de descanso. Es decir, “no saben distinguir suya persona de suyo deportista”.
En el caso de los deportistas no profesionales, “lo problema es que tienen un trabajo y aparte se empiezan a aficionar mucho por un deporte, como el ciclismo, o running, o cualquier cosa de esta. ¡Y cada vez quiere más! A lo mejor no ha una orientación del entrenador que le diga: “Oye, ahora no tiene sentido que entrenes. Ahora tienes que descansar.” Y siguen con esa hambre. Y sin querer darse cuenta, pues hay una adicción ahí bastante fuerte”.
En estas situaciones, la ayuda de un profesional puede ser determinante para superar el momento. Un psicólogo, o incluso un psiquatra, puede ofrecer el asesoramiento y el seguimiento más adecuados para superar el lado negativo de la práctica deportiva.
Por ello, es necesario encontrar un equilibrio que permita a los deportistas, profesionales o aficionados, disfrutar de la actividad física que practican, ya sea en un gimnasio, en un club o al aire libre. El objetivo es que el deporte favorezca una vida más saludable en todas sus vertientes, sin provocar situaciones de malestar físico o psicológico.